Pensando se eliminan los tormentosos sentimientos. Escribiendo se eliminan del pecho todos aquellos pensamientos; bailando se retratan todos los escritos y dibujos del papel al cuerpo. Todo ello para vivir mejor, para actuar mejor y sentir más.
No me siento enemiga de nadie, no quiero generar discordias con nadie. No quiero ganarme deudas que no puedo pagar, porque los créditos son absurdos; ya sean en un banco o haciendo tratos con sonrisas y buenas palabras. A mí lo que me importa es que los buenos gestos y las palabras con sinceridad se queden como ejemplo para muchas personas. Que mis actos y los actos de las demás personas nos cuestionen nuestro quehacer como individuos, pero también como pequeñas comunidades.
Escribir para expulsar, como un volcán; aquella lava peligrosa, que quema, que destruye, que hace arder el ambiente por donde pasa. Que arrasa y no deja nada, tan sólo un suelo erosionado y lastimado por ese líquido silencioso, rojizo y con altas temperaturas de destrucción.
Escribir para que quede lo bello, lo tranquilo; la paz y la calma.
Solamente hay que escribir.
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