lunes, 24 de junio de 2013

luna gigantesca

Me acuesto en mi cama, cierro los ojos mientras escucho tranquilamente a Silvio.
Me sumerjo, me sostengo y de repente,
me siento en una piscina de pensamientos
que giran en torno a lo que estoy haciendo.
Hoy es una noche en donde sencillamente pienso
en la consecuencias de las decisiones que ya he comenzado a tomar.

Decisiones que traen recuerdos hermosos,
momentos que he compartido contigo,
las sonrisas mutuamente regaladas.
Los bailes inesperados en los que sueles entrar,
cuando la pena se ha ido, cuando ya no hay vergüenza que valga.

Te quiero, con mi corazón libre, con mi corazón alegre.
Quiero darte mi frescura, mi ligereza.
Quiero entregarte cada sonrisa creada con la brisa del viento,
con los rayos del sol.
Hoy quiero que salga la música de cualquier rincón
y se interne en lo profundo de mi corazón;
para que explote, para que bombee células de vitamina,
de energía radioactiva.

Comienzo a despertar sin temores, porque hay que eliminarlos.
Quiero despertar con la certeza de querer caminar sin certeza,
por los parques y correr entre árboles de ideas, ramas llenas de letras
savia para la cabeza, savia para mis neuronas que aprenden a respirar
con sentido y deseo.

Crear, componer, arreglar, reparar.
La marea crece, crece para bañar mi ser completamente.
Para erradicar los malos pensamientos, para sentirme liviana de nuevo.
Para caminar contigo sin temores, para caminar conmigo y ser alegre.
Acertar con lo que se quiere, lograr lo que se anhela.
Luchar por lo que la pasión quiere realizar.

Pensar diferente nos hace auténticos, nos hace libres.
Pensar diferente nos lleva a lugares construidos con imaginación.
Pensar diferente nos hace pensar en mundos posibles dentro de este gran universo.
Universo inexplicable, irrazonable, incapaz de cuantificar o medir. Perfecto.


Vamos, caminemos, no temamos. No hagamos caso al ruido de la calle.
Hay mucho ruido, mucha bulla. Nada concreto.
Levantarnos con nuevos motivos, así quieran llevarnos al mismísimo manicomio.
Dejemos que la libertad se apodere, por un instante, de los latidos de nuestro corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario